En la primera parte hice comentarios mayormente prácticos sobre problemas y sugerencias a la hora de dar nombres a variables, clases, funciones, etc. Ahora vengo a completar las ideas con otro punto de vista, pensando más en la elección de las palabras que en la forma de escribirlas o abreviarlas.
Estas reflexiones tienen dos orígenes: por un lado la introducción del clásico libro de patrones de diseño de "la Pandilla de 4", por el otro una mini-frustración personal que me agarra a veces dando clases.